EL IMPERIO PURÉPECHA, EL GRAN ENEMIGO DE LOS MEXICAS

Surgido de la unión de los cacicazgos purépechas de alrededor del lago Pátzcuaro a inicios del siglo XIV, el imperio tarasco o purépecha fue una poderosa federación mesoamericana con capital en Tzintzuntzan, una majestuosa ciudad que llegó a albergar 40.000 habitantes. Con una ancestral religión que tenían en sus pirámides circulares su mayor representación y una economía próspera basada en el comercio y la metalurgia, los tarascos fueron una cultura guerrera, capaz de frenar el avance azteca hacia el oeste e incluso de derrotarles en el campo de batalla. En su apogeo sus dominios ocupaban el sur de Guanajuato, partes de Jalisco y Colima, el actual estado de Michoacán, el norte de Guerrero y el sur del estado de México. El imperio fue sometido al vasallaje por los conquistadores españoles en 1522, para desaparecer como entidad política pocos años más tarde.

Figura que representa al dios Curicaueri, principal divinidad de los tarascos. Museo Regional de Michoacán. https://difusion.inah.gob.mx/divulgacion/taller-de-elaboracion-de-reproducciones/catalogo-de-reproducciones/4581-3121-curicahueri.html

La principal fuente de información sobre los purépechas es la Relación de Michoacán, escrita por Fray Jerónimo de Alcántara en 1540 a petición del primer virrey de la Nueva España, don Antonio de Mendoza, con la información proporcionada por los sacerdotes indígenas.

UNA GRAN EXPANSIÓN

Los inicios de este pueblo son oscuros. Se cree que los primeros purépechas, conocidos como uacúsetxa, migraron desde algun lugar en el norte para asentarse en la región del lago Pátzcuaro entre los siglos XIII-XIV. Liderados por Ireti Ticatame, vagaron en lucha con otros señores de Pátzcuaro durante años. Los Ziram Bénecha reconocieron la superioridad militar de los purépecha y aceptaron rendirles tributo. Entregaron a la hermana de su líder, Pispérama, en matrimonio a Ireti Ticatame. Los señores de Cumachen mataron a Ireti e incendiaron su aldea. Su hijo Sicuirancha  le vengó y acabó con Cumachen, inaugurando el primer periodo estable del estado tarasco. Tras su muerte a los 90 años, surgió el gran forjador del imperio. El señor Tariácuri, quien hacia mediados del siglo XIV consiguió reconquistar Pátzcuaro y reunió a las comunidades alrededor del lago para fundar un reino purépecha. Muy pronto empezó a expandir sus dominios. Ya en su vejez, repartió el territorio entre sus tres hijos. El  Señorío de Huiquingaje en Pátzcuaro, El señorío de Hiripan en Ihuatzio, y el Señorío de Tongazoan en Tzintzuntzan.

Lago de Pátzcuaro, en Michoacán. Cuna de la cultura tarasca.

El hijo de Tongazoan reunificó el imperio y consolidó la unidad política centralizada del estado creando una administración tributaria y una burocracia. Los siguientes años fueron de clara expansión. Tzitzipandacuare además de centralizar el poder en Tzintzuntzan, fue un gran conquistador, aumentando las posesiones de los tarascos en todas las direcciones. Hacia el norte, en Guanajuato, consiguió derrotar repetidas veces a las tribus chichimecas, principal etnia del área sur de Aridoamérica. El Irecha Tzitzipandacuare conquistó también grandes partes de Jalisco, estableciendo nuevos señoríos. En 1460 los tarascos alcanzan el mar Pacífico tras apoderarse de la región de Zacatula (Guerrero).

CULTURA, LENGUA Y SOCIEDAD

En primer lugar hay que recalcar que los términos tarasco, purépecha y michoacano, suelen confundirse y hay un intenso debate sobre su uso y significado entre los especialistas. Actualmente suele utilizarse el término tarasco ( es posible que derive de «tarasque» que significa yerno o suegro en lengua purépecha, así los llamaban los conquistadores españoles de forma burlona) para citar el grupo cultural durante el periodo prehispánico; su uso actual en determinados contextos puede considerarse peyorativo; por este motivo el término purépecha («gente común») es utilizado para el periodo contemporáneo o como gentilicio de las comunidades indígenas. En cuanto a la lengua, la lengua purépecha ha sido clasificada como una lengua aislada, ya que hasta ahora no se ha podido establecer ninguna relación de origen común con alguna de las lenguas que se hablaron, o hablan, en México u otro país.

En la sociedad purépecha existía una fuerte estratificación social en cuya pirámide estaba el rey, llamado Cazonci o Irecha (la palabra Irecha o Cazonci designa a los gobernantes purépechas que ejercían al mismo tiempo de líder religioso supremo) y el séquito real; a continuación le seguían los señores, principales y la élite wakúsecha (alta y baja nobleza), y finalmente los sacerdotes. En la base de la pirámide se hallaban comunidades de campesinos y pescadores, artesanos y mercaderes. Entre los principales recursos económicos de los purépechas se encontraban la metalurgia, que alcanzó grandes cotas de desarrollo., Los tarascos fueron grandes extractores de cobre y conocieron el bronce, uno de sus mejores secretos. También trabajaban el oro y la plata. El control de las minas era fundamental para la economía real. Entre otras actividades económicas muy importantes estaba la pesca y la agricultura, los talleres artesanales, la alfarería y orfebrería, y el comercio de maíz, obsidiana o basalto.

Yácata tarasca en Tzintzuntzan.
https://www.worldhistory.org/image/2189/tarascan-yacata-tzintzuntzan/

Pueblo politeísta, la principal divinidad era el dios del fuego y de la guerra Curicaueri, padre del sol, y su esposa Cuerauáperi, diosa madre representante de la luna y la vida y la muerte.

Los purépechas fueron excelentes constructores, destacando la escultura y la arquitectura religiosa. Una de sus construcciones más características, fueron los Yácatas. Se trataba de un conjunto de estructuras superpuestas hechas de piedra volcánica que tenían en su cima templos ceremoniales en forma de pirámides escalonadas rectangulares y circulares. El complejo más destacado cuyos vestigios son hoy el mayor legado constructivo de este pueblo son los cinco yácatas o pirámides circulares de la capital Tzintzuntzan. Aquí, en una ceremonia ritual donde el Cazonci se manifestaba como representante del dios Curicaueri, se practicaban sacrificios humanos, generalmente con prisioneros de guerra, los cuales eran venerados como mensajeros de los dioses. Alrededor de los complejos se solían encontrar esculturas antropomórficas (Chac Mool) que rendían tributo a los dioses.

Chaac Mol tarasco. Los Chac Mool (el que está sentado) son esculturas rituales que representa a guerreros muertos entregando una ofrenda a los dioses.

LAS GRANDES GUERRAS MEXICAS-TARASCAS

Hacia 1470 los mexicas se encontraban en plena expansión, cerca de las fronteras purépechas. Las conquistas del Tlatoani Axayácatl provocaron el éxodo de un gran numero de Matlatzincas, otro gran pueblo de la región central de México, a territorio tarasco. Los aztecas los persiguieron y entraron en territorio tarasco destruyendo la Ciudad de Taximaroa (Ciudad Hidalgo). Las fuerzas purépechas los encontraron allí, donde se produjo una de las batallas más importantes del México precolombino. Los tarascos salieron victoriosos, convirtiéndose en una de las primeras derrotas mexicas importantes.

LA GUERRA: Las fuentes nos hablan de que en la batalla los mexicas contaban con un formidable ejército de entre 20.000 y 30.000 hombres, formado por aztecas y otras naciones vasallas como los texcocanos, huastecos, otomíes, xochimilcas, chalcas, o tlatelolcas. Por su parte el Cazonci de los tarascos reunió un enorme ejército multinacional de 40.000 o 50.000 hombres (tarascos, chichimecas, nahuas, pames, mazahuas, guachichiles..) que impresionó al mismísimo Tlatoani Axayácatl. Los tarascos iban armados con hondas, arcos, varas arrojadizas, macanas, cuchillos y porras. El empleo de armas de cobre y de aleación de bronce por parte de los tarascos fue muy significativo destacando, el tlaximaltepoztli, una hacha con cabeza de bronce. Sin duda su arma más representativa fueron los arcos y las flechas, a veces de punta de obsidiana. Es el arma más mencionada en las fuentes y de la que se han encontrado restos en los entierros de guerreros y gobernantes.

Hachas de bronze mesoamericanas. Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México. El estado tarasco conocía la técnica del bronce y tenía bajo su control importantes minas que luego serían explotadas por los españoles.

Tzitzipandacuare aprovechó el embate para pasar a la contraofensiva y adentrarse en territorio azteca, conquistando ciudades como Xicotitlan o Tollocan (Toluca). La guerra se intensificó durante los siguientes años: los tarascos mejoraron sus defensas con una serie de fortificaciones a lo largo de la frontera con los mexicas. Comunidades de otomíes y matlatzincas se aliaron con uno u otro contendiente. El azteca Ahuízotl pasó a la ofensiva en 1480, hostigando a los tarascos en la región de Tierra Caliente y más tarde Moctezuma Xocoyotzin envió a la ofensiva a su aliado y brillante guerrero Tlaxcalteca, Tlahuicole. Pero el gobernante tarasco Zuangua consiguió detenerles. La sumisión de una serie de señoríos vasallos aumentaron aún más la capacidad militar de los purépechas, conformando una especie de federación que estaba al servicio de la gran ciudad de Tzintzuntzan. La llegada de los conquistadores españoles en tierras aztecas detuvo la guerra de estos con los tarascos. Zuangua se negó repetidamente a apoyar a los mexicas cuando Hernán Cortés invadió Tenochtitlán.

LA CAÍDA

Muy pronto el imperio tarasco empezó a dar muestras de debilitamiento. Pues muchos de los señoríos surgidos tras las guerras estaban descontentos con su régimen. El Irachi Zuangua fue sucedido por su hijo Tangáxoan Tzíntzicha, quién se dispuso a invadir los señoríos occidentales de Zacoalco, Zapotlán y Sayula, al norte del reino de Colima, para obtener el control de las minas de sal. Fue la llamada Guerra del Salitre, en la que la alianza occidental derrotó y expulsó a los tarascos, convirtiéndose en un duro golpe para Tangáxoan II. En 1522 llegaron los españoles bajo el mando de Cristóbal de Olid. Sabiendo de lo sucedido en Tenochtitlán, el irachi decidió rendirse y evitar una derrota segura. Los tarascos juraron lealtad a la corona española, y Tangáxoan II fue bautizado.

En 1529 Tangáxoan II fue acusado por el conquistador y presidente de la primera audiencia de México, Nuño de Guzmán, de practicar la antigua religión y de conspirar contra los españoles. Tras ser juzgado y torturado, murió condenado a la hoguera. Nuño de Guzmán saqueó todo lo que pudo de los territorios tarascos y destruyó muchos templos. Esto provocó el levantamiento de los purépechas, bajo el liderazgo de su legendaria hija, la princesa Eréndira.

Lienzo de Tlaxcala. Nuño de Guzmán durante la conquista de Nueva Galicia (1529).

La llegada en 1530 de Vasco de Quiroga, futuro obispo de Michoacán, que abogó por la mediación y el respeto a los nativos, consiguió devolver la estabilidad y asentó las bases coloniales en el territorio. La principales fuentes de estudio de la historia de los tarascos fechan del periodo colonial, destacando la Relación de Michoacán (1540) y los Códices de Huetamo y de Cutzio (1539-1552),

El imperio tarasco, a menudo olvidado, es considerado el segundo imperio más poderoso de la Mesoamérica posclásica y el único tras los aztecas cuya entidad política superó el nivel de señorío. Su herencia patrimonial se refleja hoy en los importantes centros arqueológicos de Tzintzuntzan y Ihuatzio, y en la riqueza cultural y lingüística del pueblo purépecha.

Entrega del manuscrito al virrey Antonio de Mendoza1​ Relación de Michoacán, Lamina 1. 1539-1541, Fray Jerónimo de Alcalá.  Real Biblioteca de San Lorenzo de El Escorial, Comunidad de Madrid, España.

CONSULTAS

https://www.bbc.com/mundo/vert-tra-62149136

https://www.gob.mx/cultura/prensa/rivalidad-entre-mexicas-y-tarascos-impidio-la-alianza-contra-las-fuerzas-de-hernan-cortes

http://etzakutarakua.colmich.edu.mx/proyectos/relaciondemichoacan/default.asp

Publicado por Iskande

Historiador y divulgador.

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