En 1591, la dinastía saadí de Marruecos, entonces en pleno apogeo y ávida de nuevas fuentes de riqueza, emprendió una ambiciosa expedición militar hacia el Sudán, la “tierra de los negros” al sur del Sáhara, con el objetivo de conquistar los antiguos dominios del gran Imperio Songhai, por entonces en decadencia. Aunque el ejército marroquí era muy inferior en número, su disciplina y su superioridad tecnológica, armados con arcabuces y cañones, resultaron decisivas. En la célebre batalla de Tondibi, los songhai, desesperados ante el avance enemigo, recurrieron incluso a una insólita maniobra: una carga de ganado vacuno lanzado contra las filas marroquíes. Sin embargo, la estratagema fracasó estrepitosamente. La derrota selló el destino del Imperio Songhai y puso fin a su hegemonía en África Occidental, abriendo paso a una nueva etapa de fragmentación política y pérdida de las ancestrales redes comerciales.

Poblado tradicional en Mali con jóvenes guiando a los resistentes cebúes, el ganado bovino habitual de las zonas rurales, que se utiliza para la agricultura y el transporte, además de ser fuente de alimento.

Los orígenes de la dinastía se remontan al siglo X, cuando un grupo de pobladores de Gao, activos militarmente y que dominaban el caballo, se impuso a otros agricultores en las orillas del río Niger, extendiendo su poder en la región. En 1300 ya existía un reino de Gao próspero y poderoso, que atrajo la atención a la potencia dominante de África Occidental, el rico Imperio Malí. El Imperio conquistó la ciudad de Gao a principios del siglo XIV y le impuso pagos tributarios.

El Imperio Mali en su máxima extensión, con Songhai como vasallo.

Imperio de Malí:
Estado africano fundado por los mandinga que perduró entre 1235 y 1546 (sus remanentes hasta 1599). Su época de mayor esplendor llegó hacia 1350, impulsada por el floreciente comercio transahariano. Oro, sal, cobre y esclavos fueron las principales fuentes de riqueza, que sustentaron una notable expansión territorial y una destacada influencia política y cultural en África Occidental. Uno de sus soberanos más célebres fue Mansa Musa, quien gobernó entre 1312 y 1337. Considerado por muchos como el hombre más rico de la historia, realizó una célebre peregrinación a La Meca durante la cual distribuyó enormes cantidades de oro, dejando una impresión duradera en las ciudades por las que pasó. A su regreso, enriqueció y embelleció importantes centros urbanos como Gao y Timbuctú, donde se erigieron mezquitas y florecieron el saber islámico y la cultura manuscrita. Las ciudades del imperio se convirtieron en auténticos faros del islam africano y en nodos clave del intercambio intelectual y comercial.

Representación de Mansa Musa , gobernante del  Imperio Malí en el siglo XIV, de un
 Atlas catalán del mundo conocido (mapamundi) de 1375, dibujado por Abraham Cresques de Mallorca. Fuente: Wikimedia Commons

Hacia el 1430 el Imperio Malí se encontraba muy debilitado y los songhai recuperaron la independencia.

SURGE EL GRAN IMPERIO SONGHAI

Poco después emergió la figura del verdadero fundador del Imperio Songhai, Sonni Alí (1464-1492), un noble de religión sincrética, animista y musulmana, que derrotó a los tuaregs y los fulani. En pocos años realizó conquistas decisivas que iban desde el este de Nigeria y la ciudad de Kebbi hasta el gran eje caravanero sahariano, formado por Tombuctú y Djenné, en la actual Mali. Las crónicas musulmanas describen a Sonni com a un tirano sanguinario, pues su conquista de Tombuctú, centro cultural y espiritual de África Occidental, fue enormemente destructiva, quemando la ciudad y aniquilando a una gran parte de la población, entre ellos los eruditos e intelectuales islámicos. Sonni Ali fue sucedido por el más conocido de los gobernantes de Songhai: con Askia I, llamado el Grande el Imperio alcanzó su apogeo en términos de riqueza y poder. Askia, realizó el Hajj a la Meca en 1496-1497, regresando con el título de Califa y ganandose en respeto del clero musulmán. Según las crónicas de Al-Sa’di, autor del Tarik al-Sudan, Los historiadores de El Cairo dijeron que su peregrinaje constaba de «una escolta de 500 soldados de caballería y 1000 de infantería, y con él llevaba 300.000 piezas de oro»

Como gran devoto, fundó muchos escuelas islámicas, contruyó mezquitas, e hizo de sus ciudades un lugar de encuentro de eruditos y poetas musulmanes. Famosa fue la Universidad de Sankoré, en Tombuctú.

Madrasa de Sankoré. Tombuctú. Fuente: Wikimedia Commons.

Askia reformó el estado songhai organizando los territorios, desarrollando una burocracia administrativa y la hacienda del estado, y mejorando la agricultura, el comercio transahariano y el paso de las rutas, así como la explotación de las minas. De hecho en 1514 conquistó las vitales minas de oro de Malí y los mercados comerciales del norte de Nigeria, en Kano y Katsina. De esta manera, la economía del Imperio se basaba en el comercio transahariano, el oro y la sal, pero también el comercio de goma arábiga, ámbar, dátiles, marfil, pieles preciosas y esclavos. Los esclavos trabajaban en las regiones fértiles cerca de los ríos donde se practicaba la agricultura, lugares donde también se practicaba la pesca y la ganadería. La sociedad estaba muy estratificada, con los nobles, príncipes, y clero viviendo generalmente en las ricas ciudades, mientras esclavos y la población pobre dedicada a la ganadería y la pesca, en las grandes áreas rurales.

Caravana Transahariana. Fuente: Wikimedia Commons.

Askia també reformó el ejército, dotandole de una capacidad asombrosa. Convirtió el ejército en profesional, hizo de la caballería su grupo de élite, protegidos de una forma similar a la de los caballeros medievales, con lanzas, sable y escudos de cuero y cotas de malla. Más grande en número era la infantería, armada principalmente con arco, lanzas, jabalinas, puñales curvos y escudos y numerosos objetos, decorativos, como braceletes de oro. También contaban con auxiliares tuaregs. Se calcula que la caballería estaba formada por 10.000-15.000 hombres y la infantería por 30.000. Desde los tiempos de Sonni Alí, Songhai también contaba con una armada naval y numerosas canoas en el río Niger.

La caballeria, a modo catafracto, fueron las tropas de élite del Imperio Songhai.
Fuente: https://picryl.com/media/cavalier-de-la-garde-du-djermakoye-26e79e

Durante su cénit a mitades del siglo XVI, el Imperio Songhai ocupaba 800.000 km2, un enorme territorio en África Occidental, mayor que su predecesor Imperio Malí. Sus posesiones formaban parte de los actuales estados de Mali, Níger, Nigeria, Mauritania, Burkina Faso, parte de la costa de Guinea y de Algeria, y su influencia resonaba hasta Camerún. Culturalmente estaba integrado por una gran cantidad de pueblos como los Mandinka, los Dogon, Fulani, Gur, Wolof, Hausa, Yoruba, bereberes y árabes, entre muchos otros.

Máxima extensión del Imperio Songhai en el siglo XVI.

En 1528, los hijos de Askia se rebelaron contra él y lo derrocaron. Los siguientes años se caracterizaron por la inestabilidad y las luchas de poder, por lo que el imperio entró en decadencia.

Tumba de los Askia en Gao, patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Es un ejemplo monumental de las tradición en construcción de barro en África Occidental y el Sahel.

EL ASCENSO SAADÍ

Desde principios del siglo XVI, los sultanes del Magreb deseaban expandirse hacia el sur para ganar el control de las importantes minas como las de Taghaza (norte de Mali), centro minero de sal de vital importancia. Lo consiguieron temporalmente en 1557, pero al no tener capacidad de gestionar la explotación de las minas, la abandonaron. Poco después se produjo un acontecimiento que cambiaria decisivamente los equilibrios de poder en la región. Y es que Ahmad- Al Mansur derrotó a la fuerza expedicionaria portuguesa en la batalla de Alcazarquivir (1578), eliminado la amenaza europea y consiguiendo una gran cantidad de armas de fuego. Con este poder y prestigio, el Sultán estaba más cerca de su sueño imperial: forjar un gran califato en todo el Sudán. Sin embargo el estado marroquí había quedado en bancarrota y se encontraba muy necesitado de nuevos ingresos.

El palacio Baadi en Marrakech, contruido por los saadíes, y símbolo de prestigio de Al-Mansur

Así que puso de nuevo la mirada hacia el sur e intentó conseguir el control de las minas del norte de Mali. Un primer intento diplomático resultó infructuoso, pues el gobernante songhai Askia Daoud, el último soberano competente del imperio africano, reusó abandonar su control. Entonces los saadíes invadieron la región y conquistaron varios oasis, pero fueron diezmados por el hambre y la sed del desierto y se retiraron. Tras la muerte de Askia Daoud, el imperio Songhai se debilitó aún más, en una lucha constante por el poder. Cuando un aspirante al trono Songhai se refugió en la corte Saadi en Marrakech, reclamando su legitimidad y sumisión a los marroquíes, Al-Mansur vio una oportunidad y se convenció de enviar una gran expedición militar hacia el sur y obtener el control de las supuestas minas de oro que había en su poder .

Posible retrato de Al-Mansur. André Thevet, 1584. Fuente: https://gallica.bnf.fr/ark:/12148/btv1b86246591/f1431

Al mando de la expedición estaba un eunuco llamado Yuder Pachá, un español nacido en Almería que en su juventud fue capturado por los otomanos y llevada a la corte de Marrakech, que en ese momento había acogido a una gran cantidad de moriscos exiliados. Con los años fue puesto a prueba y tras realizar con éxito distintas misiones a favor del Sultán, como su participación en la batalla de Alcazarquivir o reclutar impuestos en una zona conflictiva, fue perdonado y subió en el escalafón social y militar hasta ganarse la confianza del sultán Marroquí.

Yuder Pachá preparó su fuerza durante meses. Sus tropas estaban compuestas por cuatro mil hombres y quinientos europeos, élite del ejército, más sesenta cristianos excarcelados por el propio Yuder, mil quinientos lanceros magrebíes y mil auxiliares al cargo de ocho mil dromedarios que portaban las provisiones y el material de campaña, incluidos cuatro cañones andalusíes. Entre la infantería había unos 2000 arcabuceros a pie y 500 a caballo. Los europeos presentes eran renegados cristianos, excarcelados, sobre todo españoles, pero también ingleses, italianos, portugueses o griegos. El ejército hizo una peligrosa marcha a través del Sáhara y en su camino arrasó las minas de sal de Taghaza. Cinco meses por el desierto donde se calcula que perdieron a la mitad de los hombres. A orillas del gran río Níger, Rumbo a Gao, el emperador songhai Ishaq II se interpuso en su camino y planto batalla con una gran fuerza (1591).

El gran cañón de 5 metros utlizado por los saaditas en la batalla de Alcazarquivir (1578). Piezas de menor tamaño pudieron haber sido transportadas por camellos durante la expedición militar a Mali (1591). Museo de las Armas de Fez, Marruecos. Fuente: Wikimedia Commons.

TONDIBI, LA BATALLA DECISIVA

Si bien las tropas de Yuder Pachá había quedado muy diezmadas, habían resistido la peor parte. Los supervivientes descansaron y se recuperaron a orillas del Níger. Y contaban con numerosas armas de fuego, arcabuces y pedreros procedentes de Portugal y España, elemento del que apenas disponían sus enemigos. Los songhai, muy divididos políticamente, tardaron en reaccionar, pero finalmente reunieron un gran ejército de alrededor de 20.000 hombres y 15.000 jinetes. Yuder intentó negociar primero, pero el emperador se negó. Y es que el askia Ishaq II tenía un insólito plan que quería ejecutar en las tierras de pasto de Tondibi, una aldea cerca de Gao. Ambos ejércitos se encontraban frente a frente. Los Songhai habían reunido 1000 cabezas de ganado que pretendían lanzar a la embestida contra los marroquíes con la intención de contrarestar la potencia de fuego de los invasores. Tras la embestida, los infantes africanos podrían avanzar y luchar cuerpo a cuerpo donde poseerían clara ventaja. Este es uno de los casos más peculiares caso del uso de animales con fines militares.

Tras unas breves escaramuzas entre ambas caballerías, Yuder Pachá ordenó abrir fuego a sus arcabuceros y cañones. El enorme estruendo espantó el ganado que se encontraba en la vanguardia de los songhai, causando una estampida en sus propias filas. El caos se apoderó de las filas africanas, que habían perdido cualquier disciplina. Los songhai consiguieron reunir a su infantería, que cargó contra los enemigos, pero fue masacrada. De igual forma lo hizo la caballería, que también quedo muy debilitada. Entonces, la retaguardia songhai luchó cuerpo a cuerpo pero la derrota parecía inevitable.

Ante esta situación, los consejeros del askia aconsejaron a este que se retirara del campo de batalla, y este accedió. La huida de su soberano desconcertó aún más a las tropas africanas que quedaban. En medio de una retirada general, Yuder Pachá decidió no perseguir a los songhai. Sus tropas estaban agotadas. Ishaq II se retiró al sur del Níger, y Yuder Pachá saqueó Gao, Tombuctú y Djenné. La grandeza del Imperio Songhai se desmoronó por completó. Fue el último gran imperio africano de la región. Pese a esto, su lucha de resistencia prosiguió desde su base natal en Dendi (Sur de la actual República del Níger). Desde allí continuaron hostigando a los marroquíes y sobrevivieron durante dos siglos y medio (Reino de Dendi).

Imperio saadita y sus conquistas hacia 1600. Fuente: Wikimedia Commons.

Sorpresivamente, y pese a la gran victoria, la campaña no fue del todo un éxito para los marroquíes. Estos esperaban encontrar grandes riquezas y un valioso botín, y este fue más bien pobre. Habían destruido todo a su paso; es más, en 1599 los marroquíes darían el golpe de gracia a lo que quedaba del antiguo Imperio Malí en la Batalla de Djenné. Nunca más se alzarían imperios africanos del tamaño de Ghana, Malí o Songhai.

Mezquitas de barro en las grandes ciudades medievales de Mali.

La destrucción también había arrasado las redes comerciales transaharianas, que eran precisamente la base de la riqueza del Imperio Songhai. Su abundante comercio con el sur negro, el comercio de la sal en el desierto, y los productos manufacturados de más allá del Sáhara. Todo esto había desaparecido. El Sultán destituyó a Yuder por el escaso botín que había traído de vuelta. Además los marroquíes se encontraban muy lejos de sus bases, estaban fuertemente incomunicados y con falta de suministros. El gigantesco territorio songhai era ahora un conglomerado de múltiples reinos hostiles a los saaditas. El control marroquí, caracterizado por múltiples choques contra las tribus africanas de la región, empezó a apagarse a principios del siglo XVII, y finalmente sus fuerzas se retiraron hacia el norte.

Reinos y estados en África Occidental hacia 1625. El reino saadita de Marruecos en rosa y el Reino Songhai-Dendi en naranja.

Los historiadores sacan varias conclusiones de la derrotada songhai en Tondibi, entre las cuales sobresale la superioridad tecnológica, el valor de las armas de fuego y muy especialmente la artillería, un impacto que la fuerza africana no pudo resistir y que raramente se había visto en el África Occidental de aquel entonces. Además se pone en valor la mejor táctica y planteamiento de los marroquíes frente a la división entre las filas africanas. Sin olvidar la reacción tardía de los songhai ante la invasión, que contaban con la ventaja de la superioridad numérica y el conocimiento del terreno. Quería el emperador resistir desde una posición defensiva? También se ha argumentado, como lo hizo el escritor especialista en A´frica Bernard Nantet, que los songhai se encontraban hostigados por la presión de los tuareg, que quizás eliminaron mensajeros y dificultaron gravemente sus comunicaciones, y por lo tanto su capacidad de respuesta.

Tarikh al-Fattash
Otra crónica de África Occidental escrita en árabe en la segunda mitad del siglo XVII, que proporciona un relato del Imperio Songhai desde el reinado de Sonni Alí hasta 1599.

Tarikh al-Sudan
Crónica escrita en árabe alrededor de 1655 por Abd al-Sadi, es una de las fuentes más importantes sobre la historia del Imperio Songhai y la invasión marroquí.

Folio del Taʾrīkh al-fattāsh , una crónica del Imperio Songhai, por Mahmud Kati. Siglo XVII.
Biblioteca del Congreso https://www.loc.gov/exhibits/mali/mali-exhibit.html

PARA SABER MÁS

Kaba, Lansiné. “Archers, Musketeers, and Mosquitoes: The Moroccan Invasion of the Sudan and the Songhay Resistance (1591–1612).” The Journal of African History 22, no. 4 (1981): 457–75. https://doi.org/10.1017/S0021853700019861

Conde-Salazar Infiesta, L. (2009). «Yuder Pachá, el almeriense que conquistó Tombuctú». Atlas de los Exploradores Españoles. Barcelona, España: Editorial Planeta, S. A. y Sociedad Geográfica Española. p. 320. ISBN 978-84-08-08683-3.

https://www.worldhistory.org/Songhai_Empire/

Djenné, en Mali, gran centro cultural y espiritual africano.

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