La mayor estatua de la antigüedad se mantuvo en pie en el puerto de la isla de Rodas durante un breve periodo, de poco más de cincuenta años, hasta que un terremoto la derribó. Sin embargo, sus gigantescos restos se mantuvieron en el lugar casi novecientos años. El Coloso asombró a muchos autores clásicos e inspiró a grandes figuras de la cultura y el arte.
El Coloso de Rodas fue una monumental estatua construida por el escultor Cares de Lindos en el 280 aC para conmemorar la celebración de la victoria de los rodios ante los diádocos, tras el asedio liderado por Demetrio Poliorcetes. Alzada en honor al Dios Helios, protector de la ciudad, la considerada una de las siete maravillas del Mundo Antiguo solo se mantuvo en pie durante 54 años.

LA CONSTRUCCIÓN
Dedicada en honor al Dios Helios, patrón de la ciudad, estaba hecha de madera, hierro y bronce. Tenía un tamaño de 32,41 metros de altura. El encargo era difícil y costoso y se le preguntó al escultor Cares de Lindos, nativo de la isla y discípulo de Lisipo, autor del Colosal Zeus de 22 metros de altura erigido en Tarento. Los trabajos empezaron en el año 292 aC. El exterior se formaba con barras de unión de hierro y placas de latón mientras que el interior de la estatua, que se encontraba encima de un pedestal de mármol blanco de unos quince metros de altura, se iba rellenando de bloques de piedra a medida que se avanzaba en la construcción. Las armas dejadas en la isla por el antiguo ejército invasor fueron empleadas para sacar el hierro y el bronce necesarios para los reforzamientos de la estatua. Una torre de asedio sirvió como andamio para los trabajadores. Las partes más elevadas fueron construidas con la ayuda de una gran rampa. Tardó en construirse más de 12 años,

La estatua se encontraba en algún lugar cerca del puerto de Mandraki, pero se desconoce en exactitud su ubicación en la Polis; la teoría de que se encontraba en el puerto y que los barcos pasaban entre sus piernas, una a cada lado del puerto, y eran guiados por su antorcha, se ha puesto en duda en los últimos años, ya que técnicamente no se habría podido mantener en pie. Recientemente se ha teorizado de que el Coloso se podría haber erigido en el Acrópolis de Rodas, que se encontraba en una colina que domina la zona del puerto.

Su construcción tuvo un coste altísimo, mal calculado por el propio Cares de Lindos, que cayó en la bancarrota y se suicidó.
La gigantesca estatua, considerada una de las siete maravillas del mundo antiguo, tuvo una duración muy corta pues un terremoto en el 226 aC la derribó. El Coloso quedó tumbado, y aunque hubo planes de volver a alzarlo, los rodios decidieron dejarlo así pues un oráculo afirmó que se trataba de la voluntad de los dioses. Aún en el suelo, los restos de la estatua resultaban impresionantes, sus dedos eran mayores que muchas estatuas. Su majestuosidad fue relatada por muchos cronistas de la época, que viajaron a la isla solo para verlo.
La estatua permaneció 900 años así hasta que los invasores árabes capitaneados por Muawiyah I entraron en Rodas y se fueron llevando como botín de guerra las 20 toneladas restantes progresivamente (654). Su bronce y hierro fundido fueron vendidos a un rico hombre de negocios de Edessa.

Muchos autores clásicos hablan de la maravillosa estatua, Polibio, Estrabón, Plinio el Viejo, y crónicas bizantinas posteriores, como las de Constantino VII Porfirogéneta o Filón de Bizancio.
EL COLOSO EN LA CULTURA
Desde el mundo medieval y el renacimiento, la imagen del Coloso, con la corona radiada, la gran antorcha faro y las piernas abiertas sobre la entrada del puerto de Rodas se ha generalizado y ha sido fuente de inspiración cultural y literaria.

Shakespeare menciona el Coloso en varios de sus textos, como en Julio César:

¿Por qué el hombre, incluye el mundo estrecho
Como un coloso, y nosotros los hombres insignificantes
caminamos debajo de sus enormes piernas y miramos
Para encontrar tumbas deshonrosas
Encontramos referencias en la pintura, como en el grabado japonés Ukiyo-e de Kunitora Utagawa, Barcos holandeses entrando al puerto de la isla de Rodas (1818) o en la obra de Salvador Dalí, que se inspiró en él para su cuadro El Coloso de Rodas (1954).
El monumento también fue protagonista del séptimo arte con la película El Coloso de Rodas de Sergio Leone (1961), o la estatua que aparece en Jasón y los Argonautas de Don Chafey (1963). El Coloso ha sido fuente de inspiración de series como Juego de Tronos, donde es representado por el Titán de Braavos.

Se ha comparado también el Coloso con la moderna Estatua de la Libertad de Nueva York, de una altura similar. La poeta Emma Lázaro dejó un soneto llamado el Nuevo Coloso para financiar la construcción de un pedestal para la Estatua de la Libertad (1883)
No como el gigante de bronce de la fama griega,
Con miembros conquistadores a horcajadas de tierra en tierra;
Aquí, en nuestras puertas del ocaso bañadas por el mar, estará
una mujer poderosa con una antorcha, cuya llama
es el relámpago aprisionado, y su nombre es
Madre de los Exiliados.
El Coloso también tiene su aparición en los cómics de Astérix, donde un Coloso es enviado por Rodas en Astérix y los Juegos Olímpicos, o en los videojuegos de trasfondo clásico, como God of War II o Age of Mithology.