Hogar de prisioneros de guerra, siniestras colonias penales, precedentes de los campos de concentración, o bastiones carcelarios inexpugnables. El natural aislamiento de las islas, rodeadas de agua y corrientes marinas, fue visto como el lugar idóneo para el alzamiento de atroces prisiones donde encerrar a condenados políticos y los criminales más peligrosos. Estas son algunas de las más conocidas.
8. ISLA DE CABRERA, BALEARES, ESPAÑA
Durante las Guerras Napoleónicas y tras la Batalla de Bailén (1808), 18.000 franceses fueron hechos prisioneros de guerra por los españoles. De estos, 9.000 fueron llevados a la diminuta isla de Cabrera, al sur de la isla de Mallorca, en el que algunos consideran como el primer campo de concentración de la historia. En Cabrera estuvieron en cautiverio miles de prisioneros franceses en unas condiciones infrahumanas; se trataba de una isla sin recursos, apenas unas pocas cabras y un pequeño riachuelo como única fuente de agua. En un inicio los españoles enviaban víveres cada cuatro días desde Mallorca, pero al tiempo esto se mostró como muy insuficiente. Los propios franceses intentaron organizarse para intentar sobrevivir. Las enfermedades y los robos hicieron mella en una situación completamente desesperada. Muchos morían de hambre (los hombres se comían hasta las lagartijas que encontraban en las rocas), otros se suicidaban y otros caían ahogados en el mar cuando intentaban huir. Muy pocos consiguieron fugarse con la ayuda de pescadores españoles. Hay rumores de que se practicó el canibalismo.

Sus penurias duraron 5 años, hasta 1814. Se calcula que solo sobrevivieron unos 5000 hombres. La pequeña isla se había convertido en el infierno de los franceses.
7. ISLA DEL DIABLO, GUAYANA FRANCESA
La isla del Diablo es la isla más pequeña del archipiélago de las islas de la Salvación, frente a las costas de la Guayana Francesa. Encontrándose los edificios administrativos en tierra firme, en Kourou, desde 1851 un pequeño islote cercano fue utilizado como colonia penal para los criminales más peligrosos y presos políticos del Imperio. Esta isla prisión alcanzó notoriedad por sus condiciones extremas. La brutalidad del personal, el aislamiento absoluto, el clima tropical e insalubre, y especialmente la infestación de mosquitos, hormigas y otros insectos, y por supuesto la fácil propagación de enfermedades y epidemias. Entre 1852 y 1938 más de 80.000 presos fueron llevados a la isla del Diablo, con una tasa de mortalidad del 75%. Escapar de la isla era misión casi imposible, pues había que salir con barca para alcanzar tierra y luego cruzar una impenetrable selva. Aún así, unos pocos lo lograron. La terrible prisión tuvo muchos convictos famosos, como Alfred Dreyfus, el capitán injustamente condenado por traición, que estuvo en la isla en 1895.

El militar italiano Charles de Rudio, condenado por el intento de asesinato de Napoleón III, logró escapar hasta la vecina Guayana Británica y luego formó parte del ejército estadounidense participando en la batalla de Little Big Horn. O el anarquista Clément Duval, que consiguió fugarse en 1901 y empezar una nueva vida en Nueva York. Y quizás el más famoso de todos ellos, EL célebre escritor Henri Charrierè, encerrado entre 1931 y 1945, y autor de la novela Papillon (1969), basada en su propia vida, el protagonista consigue escapar de la Isla del Diablo. El centro penitenciario fue clausurado en 1946.
6. COLONIA ROSS, ISLAS ANDAMÁN, INDIA
En 1858 la administración británica creó la colonia de la isla de Ross situada en las islas Andamán, en el Índico. Con la mayoría de prisioneros procedentes de la rebelión india de 1857, en un principio la misión de los prisioneros consistía en cortar y limpiar la isla para poder construir chozas y viviendas y así levantar un campamento penal. Acabaron llegando unos 8.000 prisioneros. La escasez de recursos y la propagación de enfermedades tropicales hicieron estragos entre los condenados. El trato hacia los prisioneros fue brutal. El uso de drogas tranquilizantes y otras pruebas médicas entre los prisioneros, y por lo tanto experimentación humana, fue un escándalo que no se conoció hasta mucho tiempo después, y que no hizo más que lastimar más la salud de los reclusos. Entonces las autoridades cambiaron de sistema y empezaron a dar palizas a cualquier señal de rebeldía: ahorcaban directamente a los más débiles y a cualquiera que intentara escapar.

De la población penal llegaron a morir unos 3500 hombres a causa de neumonía, disentería o malaria. Otra gran amenaza para los prisioneros fueron los indígenas de la isla, famosos por sus prácticas caníbales, así como por la densa selva que cubría la isla, haciendo casi imposible escapar de allí. Se dice que cada año murieron 700 prisioneros en la colonia penal. La colonia Ross empezó a ser desmantelada tras la Primera Guerra Mundial.
5. ISLA DE NUEVA CALEDONIA, PACÍFICO SUR

La colonia penal de la Isla de Nueva Caledonia, posesión francesa en los mares del Sur, estuvo en funcionamiento entre 1864 y 1924. La colonia creció en varias oleadas. Los primeros presos en llegar fueron los «convictos» o transportados» delincuentes de todo tipo, (ladrones, asesinos..) destinados a pagar condena realizando trabajos forzados en la Ile Nou, dedicándose a levantar los edificios y carreteras que formarían la colonia. En segundo lugar el grupo de convictos políticos, participantes de la revuelta Mokrani en Argelia en 1871, o los comunards o deportados de la Comuna de París, que en 1872 serían trasladados a la isla de los Pinos. Entre ellos Louise Michel o Henri Rochefort. En 1877 había unos 11.000 prisioneros en Nueva Caledonia. Solo hubo una fuga exitosa conocida, la de Henri Rochefort en 1874, que tras escapar a nado hasta un islote, y con la ayuda de otros deportados libres, a bordo de un barco británico consiguieron llegaran a Australia.
Los comunards obtuvieron una amnistía en 1880; solo 40 familias permanecieron en la isla. Podían obtener tierras con gran esfuerzo y altos costes. En 1878, los propios prisioneros fueron utilizados para sofocar la gran revuelta de los canacos, los indígenas de la isla, que amenazó seriamente la administración colonial francesa. En 1885 empezaron a llegar un nuevo grupo de presos reincidentes o relegados a la isla de los Pinos.
4. ISLA DE SAJALÍN, RUSIA
La Rusia Zarista construyó numerosos katorgas (campos de trabajo, precedentes de los Gulags) en las vastas áreas de los Urales y Siberia, con el fin de llevar allí presos políticos, terroristas y criminales de todo tipo. Entre ellas, una de las más importantes y recónditas, fue una colonia penal en la inhóspita isla de Sajalín, en el Pacífico norte. Fue notoria por el gran aislamiento y el duro clima polar. Nevadas continuas y hielo por todo alrededor, un clima extremo que reducía al mínimo el éxito de las fugas. El escritor ruso, Antón Chéjov, visitó la cárcel. El 18 (30) de abril de 1869, Alejandro II aprobó el «Reglamento del Comité sobre la organización de trabajos forzados», a partir de ese momento, Sajalín se definió oficialmente como un lugar de trabajos forzados y exilio.

La vida en la isla de Sajalín durante el período de trabajos forzados y exilio fue poco prometedora en todos los aspectos. El duro trabajo tuvo tristes consecuencias, fue un gran freno para el desarrollo económico y cultural de la isla. Se gastaron enormes fondos en la colonización de Sajalín por la fuerza, hasta 30 millones de rublos, pero los resultados fueron extremadamente decepcionantes. Durante los años de existencia de trabajos forzados en Sajalín, más de treinta mil criminales criminales y políticos cumplieron sus sentencias. En 1897, y a pesar de la publicación del relato de Anton Chéjov sobre su visita a Sajalín en 1890, muchos rusos desconocían la brutalidad y el salvajismo de la ‘isla del diablo’. En 1897, Doroshevich, el periodista más popular de Rusia, viajó a Sajalín y pasó tres meses recorriendo la isla, entrevistando a numerosos prisioneros y funcionarios, y registrando sus impresiones.
3. ISLA DE ALCATRAZ, ESTADOS UNIDOS
Conocida como La Roca, fue la Prisión de Alta Seguridad de Los Estados Unidos por antonomasia y quizás la más famosa de todas las islas prisión. La pequeña isla rocosa de Alcatraz, situada en la bahía de San Francisco, a dos kilómetros de la costa, y con sólo nueve hectáreas, ya había servido como cárcel de prisioneros de guerra tiempos atrás. Pero su leyenda empezó cuando se convirtió en una prisión de la Agencia Federal de los Estados Unidos en 1934. Por aquí pasaron algunos de los más célebres criminales de toda la historia, como Al Capone, Robert Franklin Stroud, conocido como el «Pajarero de Alcatraz», o Bumpy Johnson. Con fama de inexpugnable debido a su estructura, la extrema vigilancia, secundada por un gran faro, además de estar rodeada por las frías aguas del Pacífico, llenas de tiburones, haciendo de la evasión una auténtica quimera. Lo cierto es que solo hubo un fuga exitosa de la prisión tras 14 intentos, la increíble fuga de Frank Morris y los hermanos Anglin en 1962. Un evento importante fue la fuga de 1946 que acabó descubierta. Acabó con un baño de sangre muriendo dos guardias y tres presos. Aunque tenía capacidad para albergar más presos, Alcatraz no superó los 302 reclusos. El 21 de marzo de 1963 cerró sus puertas debido a los excesivos costes de mantenimiento.

2. ROBBEN ISLAND, SUDÁFRICA
Esta pequeña isla situada en la Bahía de Table Bay, a unos doce kilómetros de Ciudad del Cabo, fue descubierta por los portugueses en 1488, y llamada la Isla de las Focas por los colonos holandeses, que desde el siglo XVII la utilizaron como prisión, encarcelando líderes indígenas Khoikhoi y muchos deportados desde sus colonias de Indonesia. Posteriormente el Imperio británico también la utilizó como cárcel y como colonia de leprosos en el siglo XIX. A partir de 1961 el Gobierno del Apartheid de Sudáfrica utilizó la isla de Robben como una prisión de máxima seguridad para los presos políticos más peligrosos. Los convictos realizaban un trabajo durísimo en la cantera, iban pobremente vestidos y a menudo pasaban frío. Allí permanecieron durante muchos años grandes líderes africanos como Ahmed Kathrada, Robert Sobukwe o Jacob Zuma. Nelson Mandela, que pasó 18 años encerrado en Robben Island, se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica, muchos de sus compañeros de prisión formaron parte de su gobierno. El penal fue cerrado en 1991 para presos políticos y en 1996 para criminales. Hoy la isla es Monumento Nacional y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

1. ISLA GORGONA, COLOMBIA
También llamada la Alcatraz colombiana. Inaugurada en 1960 y cerrada en 1984. Esta isla deshabitada al sur de las costas de Colombia, fue convertida en una prisión colombiana de alta seguridad. Castigo de violadores, asesinos, los criminales más peligrosos eran condenados a esta remota isla que albergaba multitud de tiburones blancos en sus aguas, y en tierra, serpientes venenosas y tarántulas. Enfermedades tropicales, una frondosa selva y la brutalidad de los guardias y de los propios internos hacían casi imposible escapar de allí. Hubo numerosas denuncias de malos tratos y de abusos contra los derechos humanos. Solo hubo tres fugas exitosas tras 25 intentos. Entre los fugados, se encontraba el asesino en serie y violador Daniel Camargo Barbosa, quien consiguió escapar en 1984 con una rudimentaria embarcación. Los autoridades lo dieron por muerto, ahogado o devorado por los tiburones. Lo cierto es que llegó al continente. Durante los dos años desde su escape, Barbosa violó y asesinó entre 70 y 80 niñas en Ecuador. En 1986 fue recapturado y condenado en una cárcel de Quito, donde fue asesinado por un compañero de celda. El penal cerró definitivamente en noviembre de 1984. Hoy sus restos se encuentran cubiertos por la vegetación. La isla forma un Parque Nacional.

https://www.smithsonianmag.com/history/ten-infamous-islands-of-exile-1947938/