A principios del siglo XVII, en una Rusia en clara expansión, colonos y mercaderes fundaron la primera ciudad de Siberia, en la orilla del río Tas. La nueva colonia, llamada Mangazeya, tuvo un rápido crecimiento, que en pocos años la convertiría en la ciudad más rica de Rusia. Conocida como el «feudo del rey dorado», sus riquezas superaban a las de todo el resto de Moscovia. Sin embargo, la prosperidad sería efímera: un conjunto de fatalidades acabaron con la primera base rusa en sus confines árticos.

LAS RUTAS DE LOS POMORES
Los Pomor o Pomorski («Marítimos») fueron los primeros colonos rusos en asentarse en la región del Mar Blanco. Exploraron la región y fundaron ciudades como Jolmogory. Tras explorar el mar de Barents, los pomor descubrieron una ruta polar que llegaba hasta Siberia. Más tarde seria conocida como Ruta del Mar del Norte. Esta ruta conectaba Arjángelsk con las áreas más allá de los Urales. Expertos navegantes, su embarcación típica era el Koch, pequeños barcos de vela y remos con un calado poco profundo, de 6 a 10 toneladas. El barco presentaba un diseño que le hacían idóneo para la navegación en aguas heladas. Estaba cubierto con un forro de tablones de roble adicional, tenía una popa muy inclinada y un casco redondeado por debajo de la línea de flotación, además de una falsa quilla que permitía a la nave ser remolcada en caso de banquisa, e incluso ser arrastrada sobre la superficie del hielo. Otra característica era la presencia indispensable de dos o tres botes auxiliares. El Koch fue el precursor del moderno rompehielos. Los pomors, a los que se ha denominado también como vikingos árticos, eran también excelentes pescadores (bacalao, arenque, salmón..) y notorios comerciantes: tuvieron frecuentes contactos con los mercaderes noruegos, y ya en el siglo XVI con los comerciantes ingleses, holandeses y daneses, cada vez más interesados en la región polar para encontrar un paso hacia las Indias. Este afán de comercio y exploración llevó al descubrimiento de una ruta marítima directa hacia las tierras al este.

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UN RÁPIDO CRECIMIENTO
La vía marítima hacia Siberia que habían descubierto los Pomores atravesaba las costas del Mar Blanco, el Mar de Barents, alcanzaba Nueva Zembla y el mar de Kara hasta la bahía de Baidarata. Entonces se llegaba a la Península de Yamal, donde usualmente se contrataban Nenets con Trineos para hacer una parte de la ruta a pie, hasta llegar a los estuarios de los ríos Ob y Tas. Una ruta alternativa, más lenta y terrestre, llegaba desde el sur atravesando los Urales, a través de las poblaciones de Verkhoturye y Berjosow a orillas del río Ob. Los colonos pomores habían alcanzado la región hacia finales del siglo XVI. La ruta continuaba hasta el río Yeniséi, donde entraban en contacto con los pueblos siberianos y el floreciente comercio de pieles. Algunos mapas de la época ya mencionan a Mangazeya o Molgomzaia, (Su nombre deriva del etnónimo nenet «Mongkasi o Mongandi«) de manera que su posición era ya conocida por algunos geógrafos europeos (Anthony Jenkinson, Isaac Massa). En 1593 los colonos pomores decidieron alzar un puesto comercial como base de sus rutas a orillas del Tas, entre los ríos Ob y Yeniséi. Sería el germen de la nueva ciudad.

Museo y complejo de exposiciones Shemanovsky.
Sala Mangazeya
El expansionista imperio ruso había conquistado definitivamente el Khanato de Siberia (1598) y sus exploradores y colonos no dejaban de avanzar hacia el este, levantando ciudades como Tobolsk y encontrando nuevos recursos para las arcas del estado. El comercio pomor en el asentamiento de Mangazeya era muy llamativo. En 1600, el zar Boris Godunov, tomo en importancia el asunto y decidió enviar una expedición cosaca con cientos de jinetes y arqueros procedentes de Tobolsk con destino el río Tas, con el fin de levantar un bastión en el extremo de sus fronteras y recolectar impuestos a los indígenas. Durante el periplo, los rusos fueron atacados por indígenas nenets o selkup, falleciendo una treintena de hombres, pero pudieron proseguir y alcanzar el río, alzando una prisión y una iglesia. Al año siguiente, se envió una nueva expedición, más grande, al mando de los voivodas Vasily Mosalsky y Savluk Pushkin. En 1606 llegaron nuevos gobernadores de la ciudad, Davyd Zherebtsov y Kurdyuk Davydov, y se empezaron a construir fortificaciones y torres de defensa. La ciudad de Mangazeya, contaba con un Posad, donde se erigía el mercado y trabajaban los artesanos. Rápidamente, Mangazeya se convirtió en un importante centro económico. Las tribus índigenas de la región, entregaban el Yasak (impuesto) en forma de pieles o marfil. Nenets y Selkups, del este, pero también Tunguses y Kets, habitantes del sur del Yeniséi. Los rusos intercambian bienes con los indígenas y los tenían bajo su «protección», evitando conflictos inter-tribales y amenazas de otras tribus. Los comerciantes rusos llevaban consigo telas, sal, alcohol, pólvora o plomo para su intercambio.

La prosperidad de Mangazeya, fue tan notoria que se la comparó con una «Bagdad del norte». Grandes cuantidades de pieles de marta mibelina, marfil de morsa o de mamut, eran almacenados en la ciudad, y llevados hasta Arjángelesk, siguiendo la ruta del norte. Circulaba el oro y también llegaban productos de Asia Central. En el breve verano, se celebraba una gran feria del comercio de pieles. La ciudad reunía entre 1200 y 2000 personas. Dado el aislamiento y la escasa capacidad de intervención del gobierno zarista en sus confines orientales, Mangazeya era casi independiente, una ciudad-estado remota repleta de riquezas donde la mano del zar no podía llegar. Pero esto cambiaría en poco tiempo.

CAÍDA REPENTINA
Una serie de dudosas decisiones y terribles catástrofes firmarían el destino de Mangazeya. En 1619, el zar Mikhail Fedorovich, temeroso de la penetración extranjera, (justificada, ya que había planes reales de crear una colonia inglesa en el norte de Rusia) y al no poder gravar con impuestos la ruta marítima del Mar del Norte, decide prohibir este paso bajo penal capital. A partir de entonces ni los mercaderes extranjeros ni los colonos pomores podrían entrar en la ciudad. Para llegar a Mangazeya solo se mantenía el paso del sur, una vía terrestre con aduanas desde Tobolsk que cruzaba el río Ob. El segundo paso hacia la caída de la ciudad dorada fue el enfrentamiento armado entre los gobernadores Andrei Palitsyn y Grigory Kokorev (1629). A pesar de esto, los ciudadanos de Mangazeya se mantuvieron firmes y exigieron un acuerdo pactado. Aunque en clara decadencia, en el periodo de 1630 la ciudad de Mangazeya aún fue capaz de exportar la gigantesca suma de medio millón de pieles de marta cibelina. Si algo puso la estocada final a la urbe polar fueron los fuegos. Tras haber sufrido las llamas en 1620, en 1642 un destructivo incendio arrasó parte de la ciudad y provocó el hambre y la enfermedad. La demanda de pieles había disminuido drásticamente y tampoco llegaban suministros para la supervivencia de los habitantes.

La ciudad empezó a ser abandonada en 1662, de nuevo tras un devastador incendio que afectó la ciudad a los que sumaron una serie de ataques de los Nenets a los colonos rusos. En 1672, por decreto oficial del zar Alexei Mikhailovich, Mangazeya era abolida. En 1677 marcharon los últimos habitantes en dirección este, hacia el Yeniséi, donde se fundaría una nueva ciudad conocida como Nueva Mangazeya, que pronto sería conocida como Turukhansk (Krai de Krasnoyarsk, Siberia). La exploración rusa de Siberia pronto alcanzaría el oceáno oriental. La antigua Mangazeya se convirtió en una ciudad fantasma.

TRAS LA LEYENDA, NUEVOS HALLAZGOS ARQUEOLÓGICOS
Mangazeya fue olvidada rápidamente, incluso los cuentos y leyendas que hablaban sobre ella, la mítica ciudad dorada de Siberia. Se llegó a pensar que era una ciudad imaginaria. Será a partir del periodo contemporáneo, cuando se retomará el interés por su historia. Una primera expedición al río de Tas en 1863, pudo ubicar donde se encontraba el fuerte medieval. En 1900, el viajero ruso V.O. Markgraf exploró el antiguo asentamiento y escribió sobre sus hallazgos en la Sociedad Geográfica Rusa. Tras discretas expediciones soviéticas sobre la zona en 1927 y en 1946, fue en 1968 cuando se realizó un estudio arqueológico a gran escala promovido por la Academia de las Ciencias de la URSS y dirigido por el historiador Mikhail Belov.

Las excavaciones determinaron que Mangazeya consistía en un Kremlin de madera con varios edificios principales (iglesia, voivoidato, prisión) una zona comercial con un mercado (Gostiny Dvor), puestos comerciales y de aduanas, y otra de artesanía, con una fundición, herrerías y viviendas. Abundaban las iglesias, los baños y las tabernas. En total había cuatro calles y unas 200 viviendas residenciales en la ciudad. Se encontraron también cuantiosas piezas arqueológicas que han permitido dibujar el modo de vida de los habitantes de la colonia, donde no solo destacó el comercio, sino también la pesca, la caza, la ganadería, y una desarrollada artesanía.

https://kulturologia.ru/blogs/281218/41792/
PÁGINAS CONSULTADAS
https://web.archive.org/web/20140514230132/http://www.applet-magic.com/mangazeya.htm
Saludos, excelente entrada para conocer los pueblos eslavos. Gracias por esta entrada, esperó más historias.
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